Duerme entre mis brazos, no dudes, déjate llevar, solo cierra los ojos, que cuando llegue el amanecer la muerte a ti llegará, no me veas llorar, no es necesario, deja que mi último recuerdo sea el de esta sonrisa triste, no mires, no..., no te mires, solo déjame cantarte una nana, mientras tu sangre me baña, nos baña, y tú, solamente tú, cierras de apoco los ojos hasta que el sueño te toque, para cuando toque tu frente fría bañada por el sol con mis labios, pueda de una vez por todas empezar a llorar.