Ángel, mátame ahora con tu flecha
Has que con su fuego mi corazón s vuelva ceniza
Devórame el alma, cómeme, rómpeme
No me dejes, ni siquiera cabalgar sobre ti
Has que te crezcan alas de mi sangre
Castiga mi inocencia, mi perplejidad
Mi ingenuidad, y si tus flechas son ideales
Has de los míos nada, que nada me queda
Devórame en silencio, no dejes nada
Ni siquiera los huesos blancos que creo que tengo
Viólame, una y otra vez hasta que mi cuerpo se rompa
Hasta que deje de ser carne, hasta que no sea nadas más
Que una masa de carne sin sentido
Y cuando todo pase, escúpeme, no hagas sentir vivo
Pues no lo soy y no lo estoy…
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