La puta pt 2

Llegaron a una casa, ni grande ni chica, simplemente era una casa normal para la concepción de ella, la fachada blanca e imponente delataba que era prácticamente nueva, “por lo menos no había sido pintada con aquellas pinturas baratas”, pensó mientras se bajaba del automóvil.

- ¿Y esto? – dijo ella poco familiarizada con un lugar como este, para ella siempre habían sido moteles o hoteles, nunca una casa.

- Pensé que sería mejor, mi lugar, así me ahorro el hotel, ¿No crees? – dijo él con una sonrisa que a ella se le hizo un tanto hipócrita

- Como gustes – dijo ella sin darle importancia

El cerró la puerta, ella miró a la calle por última vez y dejo escapar a su inocencia mientras la puerta se cerraba, era la única forma de no caer en el mundo de las drogas, la única forma que había encontrado de no corromper a todo lo que le rodeaba con un toque como una medusa. Sus ojos cambiaron a los de una fiera, sin alma, vacios y avaros ante el cuerpo de aquel que apenas entendía lo que estaba sucediendo, sus manos se abalanzaron hacia él, su cuerpo su sexo sus pechos, todo se le ofrecía ante él, él la apartó de su lado

- Espera, espera hay que llevar esto con calma – dijo sonriendo

- Está bien – dijo sin ni un instante romper el transe en el que se encontraba

Fueron a su habitación y el la beso, por un momento sus ojos azules retornaron inocentes de saber que estaba ocurriendo, su cerebro suprimió aquel atisbo de inocencia, pero ese beso había despertado algo en ella, deseo, o lujuria no lo sabía jamás se había sentido así con otro hombre, sus manos delicadas he inexpertas denotaban algo, tal vez el la deseaba de otra forma…, alguna que ella no había experimentado en su vida.

Ambos estaban de pie, ella lo tocaba con la experiencia milenaria, que había recibido de las largas sesiones que otros tantos hombres le habían conferido, él era mucho más alto que ella solo por unos cuantos centímetros sin embargo, desde la perspectiva de ella, él parecía un edificio grande, majestuoso, creado por algún otro ser para demostrar la superioridad humana, ella se sentía un mero insecto, insignificante ante el esplendor de él.

Sus manos delgadas de ella comenzaron a recorrer el cuerpo de él, a asemejarse cada segundo a dos serpientes que lo estrangulaban, lo erotizaban, lo hacían sentir viril, fuerte, y destacado, él la volvió a besar, ella sintió que podría desmallarse en ese preciso momento, algo tenían sus besos, la belleza con la que se le eran dados, le hacía sentir como si una ola la remontara una y otra vez, deseaba que el parece, esos besos la hacían sentir incomoda, sin embargo, no se podía quejar, como en los grandes negocios la frase “el cliente siempre tiene la razón”, aplicaba perfectamente en este caso, la dulzura de ese beso, la hizo temblar en un instante frívolo que nadie vio, su corazón palpito fuertemente con el siguiente, y con el siguiente ella recordaba más y más que no quería estar ahí pero era muy tarde para ello.

Recordó a que había venido, retomó control de sí misma había calculado que había pasado una hora más o menos, lo cual no importaba mucho, pero creía que era momento de dejarse de besos y comenzar a entrar en acción.

Las ropas de ambos cayeron como gotas de agua de múltiples colores hasta llegar a la ropa interior, él usaba unos calzoncillos tipo slip de color negro, que marcaban prodigiosamente su miembro, ella usaba un cachetero rojo y un sostén que hacia juego, la piel de él era suave, tersa, como la de una mujer, sus manos en cambio eran rugosas y varoniles, le gusto por un momento que él la abrazara, en ese campo minado de ropas usas y cuerpos casi como los del edén si no fuera por esos trapos que los aprisionaban a ambos. Quedaron frente a frente, los ojos azules de ella miraron por primera a los negros de él.

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Y les dejo de emoción la parte sexosa jajajaj