jueves, 1 de octubre de 2009

Miedo

Tengo miedo muero de èl, mis manos tiemblan mis pies se mueven al unisono de esta penumbra llamada terror, lo tengo, me da mucho miedo estar en donde estoy, y lo peor es que ¡no puedo salir!, estoy muerto de terror el pánico me domina, no se que hacer, quiero salir de aquí, pero las telas de las paredes son fantasmas acuosos, solemnes llenos de mi miedo, lo tengo, y me da tanto miedo esta soledad este sentir vacío. sin nada más que mis pensamientos comiéndome como si de perros con hambre se tratara, huele. ¿A qué huele?, a sexo, a mucho sexo, seco, sin amor, mis manos tiemblan este escrito me ayuda a relajarme al final, escribir alivia torturas, me acostumbro al miedo, aún así esta latente, esperándome. ahí a la vuelta de esta habitación, jugando a las escondidas, no..., más bien yo juego a las escondidas con el miedo, y con el sexo que no me alcance ¡Por Dios, que no me alcance! sólo hay fantasmas moviéndose aquí paseantes autómatas de algún vagón olvidado de ferrocarril ya extinto.

No debo dejar que me atrape el miedo, que esta sombra sexual me domine, que me haga suyo por el placer que le doy, sexo todo se mueve por el sexo, (respiro), mis ojos se enrojecen, ¿Lágrimas?, tal vez, y tal vez sea mejor aventarme al vacío, felinos a mis pies, la retórica inconclusa sigue acechándome, al final, solo respirar me ayudara a no estar aquí y a volver un fantasma ferrocarrilero.

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