Amar de pronto, de prisa no deja nada bueno, la experiencia que queda al final es muy vaga, recuerdo que hace poco así era, quería que las cosas se dieran de prisa rápidamente, sin importarme que pasará después lo importante era que alguien me tuviera a mi lado poder estar rebosando de sus aromas, que me amase sin importar que, para yo poder entregarle todo.
Quiero a alguien es cierto, pero a alguien que me respete, que me de mi espacio y que sepa como manipular el mismo para que piense en el, siento y es verdad que desde que cumplí años estoy cambiando. Ha habido cambios tanto buenos como malos, por enumerar algunos, retengo mucha información pero a su vez me vuelvo un poco autista, creo que todo cambio debe tener una consecuencia, bien lo decía una ley fundamental en metafísica “Como es arriba es abajo”.
Continúo pensando que realmente deseo poder volar y más allá de eso alguien con quien hacerlo a pleno, odio tener a alguien que me até los pies, yo deseo mi libertad y que una parte de mi quede incógnita, no me gusta rebelarme del todo, ni con todos, a su vez y aunque suene paradójico soy tan transparente.
Miró calles, vacías, negras, nadie está viendo lo mismo que yo, la oscuridad se come todo, se lo come y solo veo las luces de los autos, fantasmas titilantes y ambulantes que demuestran lo vacios que van la mayoría de sus conductores.
No es que me sienta vacío, es que no hay quien llene esto que siento, ni siquiera sé cómo llenarlo, sabes a veces siento que tu lector ocasional de mis delirios, deseas comprenderlo, ¿lo haces?, realmente no quiero preguntármelo, argumentaría estupideces entonces.
Me acompañan Pascal Comelade y Yann Tiersen, uno toca con instrumentos poco convencionales, el otro hace del piano un amor de sinfonías, me gustaría que se conocieran ¿Qué clase de música tocarían juntos?, ¿Qué clase de música estaría yo tocando cuando te encuentre?, preguntas y más preguntas solo eso me quedan.
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