Rompí el espejo de mi cuarto, la figura que estaba ahí encerrada me dio lástima
Y de esa acción nacieron mil cristales, todos observándome, todos mostrándome
Una parte de mí, un perfil diferente al anterior, y mi mano sangraba, quería beber,
Beberla, beberme, pero ya era tarde, me estaba comiendo a mí mismo.
Tengo un sabor bastante extraño, dulce, pero con un toque no de amargo, de agrio,
Mi sangre sabe al color azul, o al violeta, todavía no lo distingo, lo que distinguí fue,
El estallido, las lágrimas los ojos, las personas y las máscaras ahí en esa lluvia de cristales
Y la sangre manchaba un piso, y una lágrima corrió imaginariamente hasta un hueco
Quería decir que me dolía, pero no…, no me dolió
No como me dolió tantas otras cosas y no sé porque me miran
Porque están ahí, y porque odio tanto a ese que se muestra
Del otro lado del espejo, como lo odio, y como me odio
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