domingo, 29 de noviembre de 2009

Solo una noche más

 

(Escena uno)

El se encontraba caminando por la calle, sin nada más que hacer que llegar a casa, de pronto de la nada una camioneta negra paso por ahí disparo una ráfaga de balas por toda la calle, dos señoras, un señor y él cayeron al piso, no sé supo a quien era a quien tenían en la mira mucho menos quienes eran, los edificios conservan las heridas, carros de policía llegan media hora después, seguidos de ambulancias, las señoras una llamada Socorro (Coco para sus amigos y conocidos), la otra llamada Guadalupe (Lupita) compartían un puesto en el mercado de Atemajac hacían jugos todas las mañanas de 9 am a 3 pm y de ahí se la pasaban en casa de alguna de la otra contándose sus penas ellas además del puesto compartían un secreto sus maridos las golpeaban, por eso cuando solo sintieron él impacto de bala realmente lo soportaron mejor que los otros dos, sin embargo, cuando llegó la ambulancia se preocuparon más por lo que diría el marido al verlas en la tele y que la cena no estuviera lista

El señor llamado Gustavo de edad 56 años volvía del motel barato donde se encontraba con su prostituta habitual “Dulce” así se llama, no entendía porque había elegido ese nombre sí siempre olía a violetas o a rosas silvestres, tal vez sería por el carácter de ser la única que lo escuchaba atentamente cada miércoles de diez a once de la noche, lamentablemente él no volvería a verla, ni a que le escuchase, ni a veces a poseerla entre sus brazos, murió instantáneamente, una bala alojada en su cerebro fue lo que le mató.

El chico en cambió seguía con vida, apenas respiraba había recibido tres disparos, uno en el cuello imposibilitándolo del habla, otro en la rodilla y otro más en el codo si sobrevivía tendría que vivir sin una pierna y un brazo…

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